Lo que por los ojos entra, por la boca sale.

¿Te ha pasado que escuchas una canción y no puedes quitártela de la mente en todo el día? La escuchaste una vez y vas repitiéndola en tu cabeza como perico, silbando la tonadita o hasta vas cantando partes en voz alta. ¿O que ves un programa de televisión y de repente ya hablas como el personaje que te gusta o hasta repites frases que el usa? Simplemente “se te pega”.

Así también lo que ves y escuchas de tu alrededor, “se te pega”, y aunque sólo pongas atención a ciertas cosas que te interesan, estás inconscientemente escuchando TODO. La pregunta es ¿Qué estás escuchando, cosas positivas o cosas negativas?

Así como después de escuchar una canción no puedes dejar de pensar en ella, lo mismo pasa con las malas noticias, los chismes del vecino, las historias mala vibra de otras personas, los mensajes acerca del mal gobierno que tenemos, etc. Y después llegas con tus amigos y les “cantas la canción” de todo lo que traes en tu mente.

Tenemos que aprender a saber que escuchar, que leer, que ver y tratar de que todo lo que entre a nuestra cabeza sean cosas positivas, ya que si hacemos esto, así será “la canción que cantaremos”.

Te propongo un reto, deja de ver las noticias por tres meses, deja de seguir noticieros en Facebook y evitar cualquier tipo de noticia. También deja de ver todos los programas de TV que ves diariamente, sólo por tres meses. Haz la prueba y me encantaría que me fueras comentando como te va en el proceso.

En vez de eso, compra un libro de algún que te guste, (que no sea negativo, obviamente...) o ve un video sobre algo que quieras aprender. Te aseguro que en sólo tres meses, todos tus pensamientos cambiarán y por lo tanto tu manera de ver las cosas también cambiará.

La mayor parte de las veces sólo nos enfocamos en las cosas negativas que pasan porque eso es lo que vemos todo el tiempo en los medios de comunicación. Aunque haya siempre más noticias buenas que malas, las “malas noticias venden”.

Lo que ves y lo que oyes, sale después por tu boca. No metamos mierda en nuestras cabezas, porque si lo hacemos, por nuestra boca saldrá mierda también.

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