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La felicidad y algo más.

  • Carla T.r.
  • 17 abr 2015
  • 4 Min. de lectura

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“La puerta de la felicidad se abre hacia dentro, hay que retirarse un poco para abrirla: si uno la empuja, la cierra cada vez más.” –Sören Aabye Kierkegaard

Todos los seres vivos tenemos algo en común, aspiramos a ser felices y deseamos evitar el sufrimiento. El término felicidad está muy extendido, ya que en occidente lo relacionamos con "feliz", que en inglés se deriva de la palabra irlandesa happ que significa azar o suerte. En este contexto la felicidad parece ser un golpe de suerte, ciertos momentos de la vida que ocurren y están fuera de nuestro control. Sin embargo la felicidad es mucho más que eso y no sólo podemos aspirar a tener un golpe de suerte que nos lleve a ella. Sino que más bien está a nuestro alcance en todo momento y depende de nosotros y de nuestras actitudes alcanzarla y permanecer en ella.


Existen ciertos elementos clave que contribuyen a la alegría y la felicidad como; buena salud, posesiones materiales/grado de riqueza acumulado, amigos/compañeros. Estos factores son fuentes de felicidad mientras tengamos una percepción positiva de ellos, un estado mental sereno. Sin embargo, en un estado de odio o de cólera las posesiones materiales o la riqueza que podamos tener no significarán nada para nosotros. O si uno se encuentra infeliz o frustrado, el bienestar físico no será de mucha ayuda. Por lo tanto estos factores no son una garantía de felicidad si tenemos un estado mental negativo.

Así pues cuanto mayor sea el nivel de calma de nuestra mente será mayor nuestra capacidad de ser felices.


La felicidad está determinada por el estado mental más que por acontecimientos externos. Al hablar de "mente" no me refiero a intelecto, sino a un conjunto que incluye intelecto y sentimiento, corazón y cerebro. Podemos trabajar nuestra perspectiva mental para alcanzar la felicidad. Esta una forma más efectiva que buscarla en el exterior. Transformando nuestros pensamientos para cambiar nuestra actitud y percepción.


Entrenamiento de la mente


El estado mental es un factor fundamental para alcanzar la felicidad, una vez que las necesidades básicas están cubiertas. Tener un estado mental sereno o pacífico, requiere de disciplina interna. Si la mente es indisciplinada nuestra paz mental puede ser fácilmente perturbada por pensamientos negativos.



Para poder formar nuestra mente, debemos identificar los estados de la mente negativos. A través de introspección o meditación podemos hacerlos conscientes para después buscar una forma de erradicarlos. La ira, el apego y el odio son nuestros verdaderos enemigos. Para destruir su potencial negativo tenemos que entender que su raíz se encuentra en nuestra actitud egocéntrica, que aprecia nuestro beneficio propio y se mantiene insensible al de los demás. Esta actitud nos lleva a percepciones erróneas que son responsables del sufrimiento que experimentamos.


Algunos deseos también pueden alejarnos de la paz mental, por ejemplo los deseos materiales compulsivos que solo consiguen preocuparnos y destruyen nuestro estado mental pacífico.

Mantener un estado mental equilibrado y feliz incluso en malos momentos es el factor clave para evitar que surja la infelicidad mental.


Amor y compasión


El cultivar el amor y la compasión en nosotros mismos es una clave importante para alcanzar la felicidad. Ya que la paz mental tiene sus raíces en el amor y la compasión. La compasión es el deseo de que otro se vea libre de sufrimiento; el amor es desearle felicidad. La capacidad de amarse a sí mismo está basada en el hecho de que todos deseamos por naturaleza la felicidad, y queremos evitar el sufrimiento, una vez que reconocemos el amor hacia nosotros mismos podemos extenderlo a todos los seres que nos rodean.


El comprender esto y estar conscientes de ello en todo momento nos liberará de juicios, pensamientos negativos y nos hará más fácil entender y amar a los que nos rodean. Dejemos de atormentarnos, nuestra constante lucha por ser felices no nos va hacer felices. Ir por la vida quejándonos de lo que no nos gusta, juzgando, pensando en todo lo que nos falta para ser felices sólo nos lleva a un estado de infelicidad y preocupación constante. Enfrentarnos con insatisfacción y ansiedad al mundo no es la respuesta, tampoco el deseo de lastimar a lo que nos está lastimando, ni si quiera repartir culpas buscando a un responsable de todo lo que no podemos evitar. Eso no nos hará más felices. Sin embargo podemos comenzar haciéndonos responsables de nuestros juicios y nuestra insatisfacción, probablemente no podemos cambiar lo que vemos, pero podemos cambiar nuestra forma de verlo, cambiar de perspectiva, darnos un respiro, limpiar nuestra mente, hacer a un lado todo lo que nos hace más difícil disfrutar de cada momento, lo que nos preocupa. Hacer a un lado todo lo que no nos sirve no es fácil ni difícil, sólo es un trabajo personal de todos los días, un proceso, un cambio y en la vida, la naturaleza, lo único constante es el cambio, así que no te resistas, fluye.


No tenemos que buscar la felicidad, ya que siempre ha estado ahí dentro de nosotros, por esta razón es evidente que no la encontraremos en bienes materiales, en otra persona o en un lugar. No viene del exterior, sino del interior de cada uno de nosotros. Ha estado ahí siempre esperándonos, sólo tenemos que intentarlo, dejar de culpabilizarnos, atrevernos a mirar hacia adentro, darnos permiso, lo merecemos, cada uno de nosotros merece ser feliz.


Carla T.r.

Vía: https://carlafork.wordpress.com

@carlafork


 
 
 

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